Conocí este libro hace más de un año en un taller sobre narrativa de la violencia contra las mujeres en Latinoamérica, pero sólo había leído “Subasta”, su primer (y a mi parecer más poderoso) cuento.
No sé cómo expresar lo que me ha hecho sentir cada uno de los relatos, todos tan diferentes y al mismo tiempo unidos por el fino hilo de la fragilidad humana, de la pérdida de la inocencia, de la violencia que atraviesa la vida de todas y cada una de las mujeres de este planeta y que se naturaliza a través de las sutiles o no tan sutiles formas en que se socializa el género desde la más tierna infancia. Creo que cualquiera que lea este libro puede reconocerse en las historias de una u otra forma, puede evocar las sensaciones de desconcierto, temor o rabia que se sienten cuando se está ante experiencias igualmente desconocidas que desagradables pero que en el fondo se intuyen invasivas y agresivas.